My dear Brothers and Sisters,
I am filled with deep gratitude for your prayers and concerns during my health crises. During this time of illness, words that I have frequently spoken have deeper personal meaning. One thought that comes to mind is the power of the letter “D” as in being humbled or humble. Being humbled presupposes a fall, a loss, a fall from pride. I have been humbled. I must confess that I took pride in my ministry, measuring “success” with accomplishment. I was proud that from the beginning, we worked well together. I was proud that each week you entrusted me with your hard-earned money, administering millions of your dollars. I was proud to say that I was in heaven. You allowed me to dream with you and renovate the physical Parish plant.
I never had a total vision for the church interior, and I believe that the Lord directed each step. It was the Lord who brought Evan Wilson, whose art has transformed the interior, symbolizing that Christ, the Bread of Life, is the center of our lives. I am amazed that through these years, you have supported each step through the second collection. I am very proud of our church.
I realize my pride in what I did. My success was easily measured, but what folly! I was doing things for others, expecting a response. It is like giving a gift that will make another happy, and if the measure of the other’s happiness does not meet the giver’s expectation, there is a sense of failure. I have said hundreds of times that we could never MAKE another person “Happy,” but we are to “Be “joyful. When a gift is given, it needs to be given without any expectation of a response from the receiver but is given with gratitude. The gift needs to be accepted in gratitude with no sense of a need to “repay the giver.” When gratitude is mutually experienced, there is Communion, Eucharist.
It has been a difficult year and a half for all of us, isolated, unable to have normal medical check-ups or a normal routine. You sustained me with your deep Faith. You attended our outdoor Masses in rain, heat, cold, and high winds. What a People of Faith you are! I am thankful for your prayers and support during my mother’s funeral in January and then my brother’s funeral in October and at this time of recovery.
I thank the Lord that I am able to write this message, for what the doctors have told me I was very close to death, my body was shutting down. I had acute kidney failure, pneumonia, congestive heart failure, two minor heart attacks, high blood pressure, anemia, and virtually blind in bright sun sunlight. The doctors have said that the kidneys went into shock, but there is a possibility of reviving them. I am presently having hemodialysis three times a week. I hope that within a few months, I will recover and return to the Parish, but the Lord will decide on that. I am grateful to Fr. Joe, who is the Administrator Pro Tem, and the entire Parish Staff; I know that the Parish is in the best of hands. I understand that I need a mountain of patience with myself, but above all, I ask for your continued prayers and patience during this recovery period.
As you know, July 2nd was my 75th birthday, the age for retirement. Several years ago, I spoke with the Archbishop about extending the pastorate until my 80th birthday, and he saw no problem. You also know on the first day of my assignment, July 1st of 2011, I gave the Parish Business Manager my letter of resignation with the instruction to submit it to the Archbishop if they determined that I was not meeting the needs of the Parish. The Lord, through you, the Body of Christ, will continue to answer that question of when.
I am requesting the Archdioceses to be granted a “Sabbatical.” It has been 15 years since my last one, and I think that now it is time for another. This will give all of us the necessary time to listen to the Lord, constantly giving Him thanks through this journey of Faith. At the end of the Sabbatical, if granted, there will be a further evaluation as to the Lord’s will for my future.
Gratefully in Christ,
Fr. Greg
Mis queridos hermanos y hermanas,
Estoy lleno de profunda gratitud por sus oraciones y preocupaciones durante mi crisis de salud. En este tiempo de enfermedad, las palabras que he dicho con frecuencia tienen un significado personal más profundo. Un pensamiento que me viene a la mente es el poder ser humilde o que haiga una pérdida del orgullo. He tenido una caída del orgullo. Debo confesar que tenía mucho orgullo en mi ministerio, midiendo el "éxito" con el logro. Estaba orgulloso de que, desde el principio, trabajamos bien juntos y que cada semana me confiaron su dinero que ganaron con tanto esfuerzo, administrando millones de dólares. Estaba orgulloso de decir que estaba en el cielo. Me permitieron soñar con ustedes y juntos renovamos la Parroquia físicamente.
Nunca tuve una visión total del interior de la Iglesia y creo que el Señor dirigió cada paso. Fue el Señor quien trajo a Evan Wilson, cuyo arte ha transformado el interior de la Iglesia, simbolizando que Cristo, el Pan de Vida, es el centro de nuestras vidas. Me sorprende que a lo largo de estos años hayan apoyado cada paso de la segunda colecta. Estoy muy orgulloso de nuestra Iglesia. Me doy cuenta de mi orgullo por lo que hice. Mi éxito se midió fácilmente, pero ¡qué locura! Estaba haciendo cosas por los demás, esperando una respuesta. Es como dar un regalo que hará feliz a otro, y si la medida de la felicidad del otro no satisface las expectativas del que lo da, hay una sensación de fracaso. He dicho cientos de veces que nunca podemos HACER "Feliz" a otra persona, pero debemos "Ser" alegres. Cuando se da un regalo, debe darse sin ninguna expectativa de respuesta por parte de quien lo recibe, pero se da con gratitud. El regalo debe aceptarse con gratitud sin ningún sentido de la necesidad de "pagar al que lo da". Cuando la gratitud se experimenta mutuamente, hay Comunión, Eucaristía.
Ha sido un año y medio difícil para todos, aislados, sin poder tener nuestras citas médicas normales ni nuestra rutina normal. Su profunda fe me ha sostenido. Asistieron a nuestras Misas al aire libre con lluvia, calor, frío y vientos fuertes. ¡Son un gran pueblo de Fe! Estoy agradecido por sus oraciones y apoyo durante el funeral de mi mamá en enero, luego el funeral de mi hermano en octubre y en este momento de mi recuperación.
Agradezco al Señor que puedo escribir este mensaje, por lo que me dijeron los médicos estaba muy cerca de la muerte, mi cuerpo se estaba apagando. Tenía insuficiencia renal aguda, neumonía, insuficiencia cardíaca congestiva, dos ataques de corazón menores, presión alta, anemia y prácticamente ciego a la luz del sol brillante. Los médicos han dicho que los riñones entraron en insuficiencia, es decir que no funcionan adecuadamente para eliminar las sustancias tóxicas, pero existe la posibilidad de revivirlos. Actualmente me someto a hemodiálisis tres veces por semana. Espero que, dentro de unos meses, me recupere y regrese a la Parroquia, pero el Señor lo decidirá. Estoy agradecido con el P. Joe, que es el Administrador Pro Tem, y todo el personal de la parroquia; sé que la Parroquia está en las mejores manos. Entiendo que necesito una montaña de paciencia conmigo mismo, pero, sobre todo, les pido sus continuas oraciones y su paciencia durante este período de recuperación.
Como saben, el 2 de julio cumplí 75 años, la edad de jubilación. Hace varios años, hablé con el Arzobispo acerca de extender mi pastorado hasta que tuviera 80 años y él no vio ningún problema. También saben que el primer día de mi asignación a la Parroquia, el 1 de julio de 2011, le di al gerente de la Parroquia mi carta de renuncia con la instrucción de enviarla al Arzobispo si la comunidad determinaba que no estaba satisfaciendo las necesidades de la Parroquia. El Señor, a través de ustedes, el Cuerpo de Cristo, continuarán respondiendo esa pregunta de ¿Cuándo?
Solicito al Arquidiócesis que se me conceda un "sabático". Han pasado 15 años desde mi último, y creo que ahora es el momento de otro. Esto nos dará a todos el tiempo necesario para escuchar al Señor, dándole gracias constantemente a través de este camino de fe. Al final del sabático, si se concede, habrá una evaluación adicional para ver que es la voluntad del Señor para mi futuro.
Con gratitud en Cristo,
P. Greg
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